Me pide una amiga que le recomiende lecturas de verano, de autores extranjeros. ¿Hay lecturas de verano? Creo que los libros no saben de estaciones, de nieves o prados, de fríos o calores. Los libros crean estaciones y estados; los libros abrigan y a veces queman.
Le he recomendado todo Nabokov, en especial "Una belleza rusa", delicioso libro de cuentos; "Habla memoria", libro de recuerdos y pérdidas y "Ada o el ardor", libro para descubrir sensualidades y encantamientos.
Le he recomendado todo Durrell, en especial su tetralogía " El cuarteto de Alejandría", sin dejar olvidado a su hermano Gerald.
Le he recomendado todo Burgess, en especial "Poderes terrenales" y sus volúmenes autobiográficos.
Le he recomendado que lea despacito a Albert Cohen y su " Bella del señor", descubrirá, si no lo sabe, que el sexo amoroso y apasionado lleva a la divinidad.
Le he recomendado que lea a Camil Petrescu, escritor muy olvidado y con una novela llamada "El lecho de Procusto" que lleva recoldos.
Le he recomendado a Jaroslav Seifert que con "Toda la belleza del mundo", me enseñó a mirar otra Praga.
Le he recomendado un libro muy duro, casi cruel, pero claro y valiente sobre la ocupación de Berlín por las fuerzas del ejército rojo; "Una mujer en Berlín", anónimo.
Y , sobre todo y todos, le recomendaría que mirara mucho y saliera mucho, para descubrir que en las ruinas de la luz no siempre hay tinieblas...
" ...Hablamos de muchas cosas sin pedirnos explicaciones mutuas por lo que había pasado.
-¿Qué haces esta noche?-le pregunté intranquilo de que se fuera de mi lado a un mundo desconocido.
- Nada. Vente a mi casa- y sin pensarlo , agregó-, esta noche quiero que bebamos champaña.
Me noté las mejillas lacias y cubiertas de un sudor frío..."
Camil Petrescu(1894-1957)
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