Primer día del año, un día luminoso en el que paseo por una ciudad desierta.
Un buen vino de Oporto y mi querido Sándor Márai.
" El ser humano intenta, durante toda su vida, salvaguardar y mantener en su interior esos secretos insignificantes, con un sentimiento de devoción fervorosa, crispada y demente, si que ello tenga sentido alguno, puesto que acabará por descubrirse- en el momento de la muerte o incluso antes-que no había ningún gran secreto. Tan sólo teníamos secretos insignificantes, unos residuos que hubiésemos podido mostrar a los demás y que no valía la pena esconder "
Sándor Márai ( 1900-1989 )
( Foto de autor desconocido )
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