viernes, 13 de marzo de 2020

" NADIE ME CONTÓ "


    Sentimientos, entrega y pérdidas. Libro valiente y con detalles que deslumbran.

      " Estuve a punto de confesar que eso mismo era lo que más me preocupaba a mí. Que esa misma duda feroz me atenazaba desde que creía haber tomado la resolución de reanudar mi carrera. No pretendía vivir de ensoñaciones, ni montarme castillos en el aire. Quería convencerme a mí misma de que podía, de que era tan válida para ejercer la profesión como lo había sido ya antes. Pero eso era algo que estaba por demostrar. Y, por más voluntad que pusiera en ello, me sentía en parte oxidada...

     Astrid Gil-Casares.

     ( Foto de Laurent Castellani )
    
    

1 comentario:

AdS dijo...

La sinopsis del libro me hizo pensar en una novela sobre una relación tóxica y cómo la protagonista logra salir de ella y superarla. Esperaba cierta profundidad al tratar el tema.

Lo que he encontrado es una novelita rosa llena de reflexiones de libro de autoayuda barato. Parece que la autora escribe con la esperanza de que la citen en esos posts motivacionales tan típicos de las redes sociales. No deja ningún tema de moda sin sus frases llenas de supuesta sabiduría: la resiliencia, la sororidad, el amor en todas sus formas (maternal, filial, fraternal, romántico) el sexo, la amistad, la superación de obstáculos, el miedo, etc.

Todo se trata de un modo muy superficial con una prosa cursi que pretende sonar reflexiva y filosófica. Especialmente irritante e incluso insultante me ha resultado el recurso de entrecomillar algunas palabras para resaltar su importancia, como si el lector necesitara semejantes indicaciones para entender lo que es obvio.

Por supuesto, no falta el personaje masculino torturado por un trauma del pasado que se resiste a enamorarse por miedo a sufrir, al igual que la protagonista. Personajes y situaciones son un cliché detrás de otro. Algunas situaciones son directamente ridículas, como aquella en la que la protagonista, una mujer de una posición social privilegiada, no sabe desenvolverse en un supermercado la primera vez que tiene que encargarse personalmente de hacer la compra.

Las escenas de sexo son propias de un folletín romanticón.

Para darle un toque culto al asunto, el libro está salpicado de referencias a grandes autores, de frases en francés, de fragmentos de letras de canciones y de cualquier cosa que huela un poco a cultura de altos vuelos, pero la sensación que deja todo ese despliegue de nombres y datos es que todo es pura pose.

No recomiendo este libro en absoluto y ya lo siento, porque lo abrí con ilusión. Vaya chasco