Un rato en la alameda rondeña, desde los balcones la mirada furtiva de colores y desgarros.
En casa, Jünger.
" -Quisiera recordarte lo que tú mismo has dicho antes sobre los romanos. Imagínate que a un condenado a muerte que ha pasado meses encerrado en una celda le regalan un ramo de flores antes de su ejecución. ¿ No le causaría un hondo y extraordinario deleite cada pequeño pétalo y cada estambre? Mira cómo Wilde canta el trocito de cielo que los presos ven recortado entre los elevados muros del presidio de Reading "
Ernst Jünger ( 1895-1998 )
( Foto de Bill Perlmutter )
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