Veranillo del membrillo. Calor y siesta.
Café helado y poeta grande.
" Ojalá estuvieras aquí, querida;
ojalá estuvieras aquí.
Ojalá estuvieras sentada
junto a mí, en el sofá.
Tuyo fuera el pañuelo,
mía la lágrima, camino del mentón.
Aunque podría, desde luego,
ser más bien al revés.
Ojalá estuvieras aquí, querida;
ojalá estuvieras aquí.
Ojalá estuvieras en mi coche
y cambiarás de marcha.
Nos hallaríamos en otra parte,
en una playa virgen,
o bien, volveríamos adonde
ya hemos estado.
Ojalá estuvieras aquí, querida;
ojalá estuvieras aquí.
Ojalá no supiera astronomía
cuando asoman las estrellas,
cuando la luna rasa el agua,
que cambia de postura en su sueño, a un suspiro.
Ojalá tuviera veinticinco centavos
para marcar tu número.
Ojalá estuvieras aquí, querida,
en este hemisferio,
mientras estoy sentado en la terraza
bebiendo a sorbos una cerveza.
Es tarde; el sol se está ocultando,
gritan los niños y lloran las gaviotas.
¿ De qué sirve el olvido
si lo sigue la muerte "
Joseph Brodsky ( 1940-19996 )
( Foto de Wayne Wilson )
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