Desayuno tarde y escucho a Antonio de Cabezón.
Ver ayer en la iglesia la felicidad de los novios y una ceremonia religiosa tan bella y profunda, me emocionó. Muy buena homilía y estupenda cena, todo perfecto.
Un rato con mi amigo Márai.
" La enfermedad del ojo de L. y mis condiciones de salud no nos permiten viajar, lo que me aflige mucho, ya que ésta tal vez haya sido la única pasión verdadera de mi vida. Pero últimamente ya no me cuesta renunciar al camino porque el viaje, en el sentido en que lo ejercí durante mi larga vida- como aproximación sensual al mundo- ha desaparecido. Ya no existe el viaje en el sentido de Ulises. Ahora es sólo cambiar de sitio... "
Sándor Márai ( 1900-1989 )
( Foto de Dorothea Lange )
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