Secretario y cronista del rey Juan II, Juan de Mena tuvo vida intensa y breve.
" Oiga tu merced y crea,
¡ay de quien nunca he vido ! hombre que tu gesto vea nunca puede ser perdido. Pues tu vista me salvó,
cesse tu saña tan fuerte;
pues que, señora, de muerte
tu figura me libró,
bien dirá cualquiera que sea,
sin temor de ser vencido: hombre que tu gesto vea nunca puede ser perdido "
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