Desde la azotea, estrellas y luna. Ginebra con tónica y recuerdos.
" En la cama, desnudos, comemos uvas.
Tú me las das y yo cuento lunares
en el guante ceñido de tus caderas.
A ratos nos hablamos : sólo un murmullo,
frases a medio labio lentas, mojadas.
Todo tiene el sabor amargo y fresco
del minuto que sabe de su modestia.
( Los próximos momentos cuelgan, pacientes,
como un collar lo haría de una lámpara. )
Me ofreces otra uva. Yo te respondo
con un mordisco rápido. Tú cuentas mis lunares
y así va madurando la noche, su argumento "
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