A las tres de la madrugada acompañan algunos Haikus. Descubro una monografía sobre el tema, publicada en el lejano 1972 por el profesor Rodriguez-Izquierdo, modélica en su género. Y me quedo con unos de Carlos Pujol.
" En esta luz
de día emborronado,
tus ojos verdes "
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" Quietud del cielo,
la hierba no se mueve,
sólo tu mano "
" Quietud del cielo,
la hierba no se mueve,
sólo tu mano "
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ResponderEliminarMe gustan los haikus, breves en palabras y densos y largos de pensar.
ResponderEliminarUnos de Borges:
Ésta es la mano
que alguna vez tocaba
tu cabellera.
Oscuramente
libros, láminas, llaves
siguen mi suerte.
Un saludo.